AstroloCoaching
La astrología como conocimiento sagrado es una puerta de entrada hacia el interior del ser humano. El cielo del nacimiento es como un mapa, una hoja de ruta por la que podemos explorar al nacido. ¿Está el destino escrito en el firmamento? Al nacer nos determina un cuerpo, un territorio, las personas que lo rodean y las circunstancias. El coaching desmonta las piezas de esta estructura y nos permite abrir un espacio para diseñar una nueva realidad.
Páginas
domingo, 12 de febrero de 2017
jueves, 1 de septiembre de 2016
La Astrología del Momento
Casi todo aquel que se sumerge en el mundo de la astrología lo hace a través de las natividades, es decir, del estudio de las cartas de nacimiento.
Ardua tarea, con cientos de recovecos, de hilos que unen retazos de la vida, momentos en los que se reflejan el destino de las estrellas. Tan compleja como la arquitectura de la vida misma, la astrología natal fascina y se adentra en el significado de la existencia, donde las cualidades zodiacales bailan alumbrando un elenco de actores sacados de las raíces del arquetipo humano. Abrumadora por las repercusiones que tiene y por la dificultad que oculta entre sus líneas de colores, vectores, números y signos...
No se debe de tomar a la ligera, escudriñar en la vida de las personas, ofreciendo una interpretación sesgada que puede afectar al consultante, que puede hacerle replantearse toda su existencia.
Tras algunos años estudiando la ciencia madre de los antiguos empiezas a descubrir otras implicaciones, otras modalidades, otros usos de los mapas del cielo.
John Frawley explica en su "La Verdadera Astrología" que el arte de las natividades es para un principiante en astrología lo que para un aficionado a la montaña supondría ascender al K2 en su primera expedición... una barbaridad.
Y así empezamos muchos astrólogos, sobrepasados por el peso de las cartas natales. Defiende también este autor, que la rama de la astrología más ligera, útil y usada en el renacimiento (última época esplendorosa de esta disciplina) era la astrología horaria.
Hace un tiempo que vengo estudiando este arte de interpretación inmediata. Entendiendo por inmediatez que la pregunta de un consultante y el mismo momento que el que llega al astrólogo es el instante exacto en el que el cielo da una respuesta a la duda planteada.
Como reloj universal, y también diría, divino, el cielo se presenta como reflejo de nuestro caminar por la vida y de las dudas que nos asaltan mientras caminamos, representando la situación del momento.
¿Donde está mi gato? ¿Me quiere o no me quiere? ¿Conseguiré este trabajo? ¿Recibiré la herencia? ¿Perderé dinero con este negocio? ¿Cuándo llegará el paquete? ¿Cuándo me casaré? ¿Me conviene comprar esta casa? ...
La carta natal es un reloj demasiado grande y complejo para valorar acontecimientos concretos que frecuentemente se pierden entre progresiones, revoluciones y tránsitos. Algunas veces están claros y bien reflejados, pero otras no son tan claras y responder a estas preguntas a través de la natal requiere un estudio largo y riguroso de la misma que el mismo consultante, la mayoría de las veces, no está dispuesto a pagar.
Así, la astrología horaria, puede, con bastante certeza, responder a estas cuestiones de manera más rápida. Aunque la investigación que comienza el astrólogo, tras recibir la pregunta no deja también de requerir de habilidad, tiempo y conocimiento.
Por ahí va mi camino ahora, por las manecillas del reloj, por los aspectos rápidos de la Luna, y dejando un poco de lado los pesos pesados de la astrología moderna: Urano, Neptuno y Plutón.
Si tienes alguna pregunta que te ronde la cabeza, si necesitas adelantar acontecimientos, si lo haces con honestidad y necesidad, medita tu pregunta y cuando la tengas lista, aquí tienes a un astrólogo para recogerla.
sábado, 7 de marzo de 2015
Un Cachito de Cielo, el Amor y la Canción del Pirata.
Venus desde la Malagueta (dirección oeste) |
Saqué mi móvil para ver qué más andaba por el cielo esta noche y Marte estaba rondando por allí también, algo más abajo, apunto ya de traspasar la línea del horizonte. Pero no se veía, los rayos solares esparcían todavía una tenue claridad que ocultaba al planeta rojo, pocos minutos más tarde apareció un puntito rojo, de un brillo escaso (comparado con venus) y de mucho menor tamaño (debido a su lejanía). Qué espectáculo tan bonito, ver aparecer un planeta en el cielo para después verlo ponerse por el oeste.
Pero todavía había más, Urano se ocultaba entre los dos, y digo que se ocultaba, porque como no tengas una buena lente y sepas buscar bien en el cielo, pasará desapercibido.
Luego pensé, vaya tres! y llevan por lo menos una semana alternando juntos delante del signo de Aries.
Marte, guerrero, Urano, imprevisible y catalizador de rupturas y Venus... amoroso y tierno en un signo de fuego, egoista y espinoso. Unos días difíciles para el amor, con sorpresas desagradables, de mirarse el ombligo y no ver bien al otro, no tenerlo en cuenta. Acontecimientos repentinos que minarán nuestro amor propio y quizás también nuestro amor.
Júpiter desde la Malagueta (dirección este) |
Bueno, esto es lo que hay en el cielo, pero para que esto se active debe de existir algún punto de contacto con tu mapa astral.
Menos mal que al otro lado nos encontramos a Júpiter, de camino al techo de nuestra cúpula estelar.
Me recuerda a la Canción del Pirata de Espronceda... Venus a un lado, al otro Júpiter y allá a su frente... el conflicto.
Curiosamente el estribillo de esta popular poesía hace alusión a Dios y la ley (Júpiter), la libertad, el viento (Urano), la fuerza (Marte) y el tesoro (Venus). Solo falta la Luna para tener todo el cuadro.
Pero es que resulta que la Luna se sitúa en oposición a esta reunión ariana.
Viajes, aventuras, romanticismo, el océano, batallas... Venus, Urano, Júpiter, Marte... la Luna
martes, 3 de febrero de 2015
Versos antiguos y saberes intemporales.
Es sorprendente y fascinante descubrir en versos escritos hace un milenio, cómo el hombre investiga el universo y desde qué lugar lo hace. En nuestro nuevo siglo, la razón es origen y motivo suficiente; antes tomaba más importancia lo sagrado y espiritual, y la razón era un medio para establecer conexiones entre el cosmos y la divinidad.
Los versos de
Manilio desatan belleza, ciencia y espiritualidad, recorren el
Universo conocido siempre redescubriéndose. De la construcción
poética nace el deseo de compartir el conocimiento de la época de
la forma más sublime. Y curiosamente, al igual que el sabio se
esfuerza en estudiar su ciencia, Manilio lo hace en divulgarla en su
canto.
Es bello en sí
mismo, no solo por la forma, si no porque deja entrever cómo el
hombre sabio entendía la naturaleza de las cosas, de la vida. Cómo
el hecho físico y el espiritual cobraban el mismo significado tras
los signos del cosmos divino. Lo sagrado cobra otro significado tras
las palabras del poeta.
[…] Y no hay que
buscar lejos las pruebas para creer: así es como el cielo templa los
campos, así da y quita las distintas cosechas, así pone en
movimiento el mar, lo mete en la tierra y lo retira de ella y este
doble movimiento que agita al océano o bien es causado por la acción
de la luna, o bien es estimulado por el alejamiento de la misma en
dirección opuesta, o bien sigue a Febo* en su órbita anual; así
como los animales sumergidos en los mares y encerrados en la cárcel
de sus conchas adaptan su cuerpo al movimiento de la luna, e imitan
su disminución, Delia*, y tu aumento; así también entregas tu
rostro al carro de tu hermano y de nuevo se lo vuelves a pedir, y la
parte que te deja o te concede es la que reflejas, dependiendo tu
astro del suyo; en fin , así es cómo los rebaños y demás animales
sin habla de la tierra, aun permaneciendo siempre en el
desconocimiento de sí mismos y de las leyes, como la naturaleza los
llama una y otra vez hacia el padre cielo, levantan si espíritu,
observan la bóveda celeste y los astros, purifican sus cuerpos al
salir los cuernos de la luna, prevén la proximidad de las tormentas
y la vuelta del buen tiempo.
Tras estos hechos,
¿quién podrá dudar que el hombre tiene una conexión con el cielo?
La naturaleza le dio algo sublime, el don de hablar, una amplia
inteligencia y un espíritu alado, y a él únicamente desciende la
divinidad, en él mora y se reconoce a sí misma. Prescinde de otras
artes cuyo ejercicio le ha sido concedido, dones capaces de provocar
la envidia y que son propios de nuestra condición. ¿Quién podría
conocer el cielos si no es por un don del mismo cielo, y encontrar a
dios si no es aquél que es parte él mismo de la divinidad? ¿Quién
podría conocer y encerrar su estrecha mente en esta mole en forma de
bóveda que se extiende sin fin, el movimiento ordenado de las
constelaciones, la bóveda ígnea del cielo y la eterna lucha de los
planetas en contra de los astros (y la tierra y el mar bajo el cielo
y lo que está bajo ambos), si la naturaleza no hubiese dado a los
espíritus una visión divina, si no hubieses dirigido hacia ella
misma a la mente que tiene su mismo origen, si ella no hubiese
impulsado una ciencia tan importante, y si no viniese del cielo lo
que al cielo nos llama para un intercambio sagrado con la naturaleza,
y para conocer las leyes primordiales que los astros imponen a los
que están naciendo? ¿quién negaría que es un sacrilegio
apoderarse del universo a su pesar y presentarlo a la tierra como si
se le hubiese hecho prisionero?
Pero, para no probar
con un largo rodeo verdades evidentes, la verdad por sí misma dará
a este conocimiento peso y autoridad; la razón, en efecto, no es
engañada ni engaña jamás. Como es debido hay que seguir el camino
acreditado por razones verdaderas, y el suceso ocurrirá como ha sido
antes predicho. ¿Quién se atrevería a negar lo que la Fortuna
confirma?, o a contradecir el resultado de un destino tan decisivo?
[…]
*Febo: del Dios Apolo: el Sol
*Delia; de la Diosa Diana: la Luna
Fragmentos copiados
del libro: Astrología. Autor: Manilio. Traductor: Francisco Calero
Os dejo un enlace a un comentario sobre la obra de Manilio astronomicón
No os dejo el de la wikipedia por ser de crítica escasa y sesgada. Tan solo ver el siguiente comentario denota la poca sensibilidad y objetividad del personal: "Trata del cielo, de los astros, de los signos del zodiaco, de las constelaciones extrazodiacales y, finalmente, de la existencia de Dios, a quien confunde con el universo."
Yo me pregunto, ¿quiénes somos nosotros para juzgar esto?
lunes, 2 de febrero de 2015
Estudio lunar
Es la Luna, que refleja la cálida luz del Sol, un astro de cualidad fría y húmeda, aunque cerca del Sol tome parte de su calor. En la noche aparece envuelta en tinieblas, y hace parecer la Tierra un mundo de ensueño, con ligeras sombras plateadas. Y durante el día permanece velado su reflejo, por la presencia solar, cuya luz invade todo espacio abierto y lo calienta.
Es la Luna por tanto luminaria gracias a la energía Solar, es elemento activo de nuestra capacidad de "ver" en las tinieblas.
La Luna representa la flema, los líquidos acuosos del cuerpo, pero también el cerebro, por creer los antiguos que la flema se producía en la cabeza. Junto con Mercurio aporta significado a nuestra manera de comprender el mundo, a nuestra inteligencia.
Y en verdad es una luminaria importante si juzgamos la natividad, ya que acumula experiencias infantiles, caprichos y deseos atrapados en la mente no desarrollada. Es la mente consciente por lo tanto el Sol y la más nocturna e incomprendida la Luna.
De mujer salvaje, de rituales y fogatas nocturnas, de instintos animales e irracionalidades. Del mundo del subconsciente hablamos como dicen ahora los psicólogos, de nuestras experiencias maternales y familiares, crecemos dándo un sentido a la vida que no es nuestro, si no simple relfejo. Ahí es donde, si queremos, podemos poner luz distinta y comprensión consciente. Estamos hechos de Luna y a veces es más un impedimento que un puente a otros lugares.
Hay planetas que la acompañan y que modifican sus niñerías, nos hacen buscar esa seguridad, que fue encontrada en un momento ya olvidado. Nos impulsan, reservan, enloquecen, estimulan la mente, nos cortan las alas... cada planeta aporta una cualidad a ese sentir lunar y nos veremos creyéndonos dueños de nuestros actos, cuando somo esclavos de un pensar ya antiguo.
Estudiar la Luna es una oportunidad y hacerlo de la mano de los astros es necesario para fotografiar nuestro ritmo fisiológico además del emocional y el mental. Conocer los ritmos, danzar la vida con otras distinciones.
Es la Luna por tanto luminaria gracias a la energía Solar, es elemento activo de nuestra capacidad de "ver" en las tinieblas.
La Luna representa la flema, los líquidos acuosos del cuerpo, pero también el cerebro, por creer los antiguos que la flema se producía en la cabeza. Junto con Mercurio aporta significado a nuestra manera de comprender el mundo, a nuestra inteligencia.
Y en verdad es una luminaria importante si juzgamos la natividad, ya que acumula experiencias infantiles, caprichos y deseos atrapados en la mente no desarrollada. Es la mente consciente por lo tanto el Sol y la más nocturna e incomprendida la Luna.
De mujer salvaje, de rituales y fogatas nocturnas, de instintos animales e irracionalidades. Del mundo del subconsciente hablamos como dicen ahora los psicólogos, de nuestras experiencias maternales y familiares, crecemos dándo un sentido a la vida que no es nuestro, si no simple relfejo. Ahí es donde, si queremos, podemos poner luz distinta y comprensión consciente. Estamos hechos de Luna y a veces es más un impedimento que un puente a otros lugares.
Hay planetas que la acompañan y que modifican sus niñerías, nos hacen buscar esa seguridad, que fue encontrada en un momento ya olvidado. Nos impulsan, reservan, enloquecen, estimulan la mente, nos cortan las alas... cada planeta aporta una cualidad a ese sentir lunar y nos veremos creyéndonos dueños de nuestros actos, cuando somo esclavos de un pensar ya antiguo.
Estudiar la Luna es una oportunidad y hacerlo de la mano de los astros es necesario para fotografiar nuestro ritmo fisiológico además del emocional y el mental. Conocer los ritmos, danzar la vida con otras distinciones.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)