Melancólico: del
griego Melanos Kholé (bilis negra) Nombre derivado de uno de
los 4 humores que se utilizaban en los saberes antiguos.
Perteneciente a uno de los 4 temperamentos.
Mezcla de frialdad y
sequedad, frío que interioriza, absorbe, encoge, resiste, recibe y
seco que se aísla, se esfuerza, rígido y extremo; entre los dos
forman el carácter Nervioso (también llamado melancólico)
del elemento Tierra (sólido, denso, conservador) con
cualidades como la delicadeza, la interiorización, la retracción.
Semejante al Otoño, estación de recogimiento, de ahorro para
la supervivencia.
Las personas con
mucha Tierra, son conservadores, tranquilos, constantes, lentos,
buscan seguridad, lo material, lo físico, son muy sensibles y
sentimentales, indecisos.
El de carácter
melancólico es pesimista, taciturno, ahorrador de energía, de
fuertes deseos y de escasa reactividad.
El exceso
(desequilibrio) de bilis negra puede derivar en pereza, insomnio,
depresión, alteraciones emocionales, angustia o preocupación
excesiva.
La Astrología en
nuestros tiempos se enseña usualmente desde la perspectiva natal y
precipitándonos rápidamente hacia los significados de signos y
planetas, partiendo de los 4 elementos como base fundamental.
Es como empezar a
estudiar la química desde las grandes moléculas, obviando las
estructuras más pequeñas, los átomos que las forman.

Las bases astrológicas con las que funcionamos hoy (signos, planetas, cualidades, aspectos) son las mismas desde hace milenios, es un sistema construido en un sentido y es por ello por lo que debemos de seguir teniendo en cuenta esas bases. Si alguien quiere hacer una nueva astrología cambiando el significado de los elementos, signos, cualidades, etc, debería de replantearse todo el sistema desde el principio.

Si queremos escarbar
un poquito más, los elementos se pueden quedar cortos.
Desempolvando
un poco los libros de la tradición nos encontraremos que la base de
estos elementos son las cualidades que nacen de la dualidad:
frío/caliente húmedo/seco.
De la mezcla de
estas características de la vida nacen los elementos y se construyen
los planetas y los signos que aportan o restan cualidad según sus
posiciones en el horóscopo.
De la misma manera
que el horóscopo está construido en base a estas cualidades así
como lo están todos los elementos de la vida, el individuo, su
cuerpo y su personalidad están determinados por la cuantificación
de lo frío, caliente, húmedo o seco de sus posiciones astrales.
A esto antiguamente
se le llamaba temperamento.
Además del Melancólico existían el Colérico (de Fuego) iracundo, enérgico, relacionado con la bilis amarilla (hígado). El Flemático (de Agua), afectivos, empáticos, frágiles, relacionado con la flema (mucosidad). Y el Sanguíneo (de Aire), sociales, inquietos, juveniles, relacionado con la sangre.
No pongo en duda que algunas prácticas médicas antiguas relacionadas con los temperamentos no fueran descabelladas, pero creo que es interesante observar cómo funcionan los temperamentos en las personas, cómo se manifiestan estos en sus vidas, y por qué no, qué tipo de enfermedades desarrollan los que tienen excesos de frío o de calor en su carta natal. Esta es la psicología de toda la vida, aunque como pasa con todas los saberes actuales, la recortan, y la aíslan del resto: psico por un lado y phisis por otro, vayamos a liarla y perdemos nuestra objetividad...
Reflexionando sobre
esto, ¡haría falta para completar el cuadro de logías la
spiritulogía! ¿Para cuando en la universidad? Espero que antes de
que llegue se den cuenta de que hacen falta más puentes y menos
islas en la ciencia actual. Algún día volveremos a lo holístico
desde la mirada al cielo.
Para terminar reproduzco las
Recomendaciones de Higiene de un médico árabe que sí que
utilizaba este saber holístico (son prestadas del blog de la
astróloga Adela Ferrer)

Desarrolla
de manera sistemática las costumbres y el orden de vida que cada
cual debe poner en práctica, conforme a su temperamento, para
mantener una buena salud o recuperarla si la ha perdido. El libro da
recomendaciones higiénicas para cada temperamento en cada estación
del año; en
este caso qué haría un “colérico” en otoño. Un caliente-seco
en una estación fría-seca... a primera vista observamos un exceso
de sequedad.
Régimen
de la complexión biliar amarilla en otoño
“La
calidez de la complexión tiende a compensarse con la frialdad de la
estación; sin embargo, hay exceso de sequedad, razón por la que
proliferan las enfermedades.
Conviene
tomar alimentos de calidez equilibrada y gran humedad como carnes
procedentes del cordero, gallina y huevos. Caldos ensopados y
fuertes, grasas en sus diversas variedades con garbanzos y pimienta.
Alimentos a base de leche como el arroz y el mijo con nata y azúcar.
Carnes condimentadas con nabos, zanahorias y tubérculos de plantas
reconocidas por su humedad. Es excelente la flor de harina blanca sin
excederse.
Se
beberá agua de sabor dulce en cantidad moderada. Oximiel, agua de
azúcar, jarabe de manzana e higos.
Deporte
con moderación, paseando o luchando, eligiendo para ello las horas
suaves del día.
No
abusar del coito a causa del exceso de sequedad.
Se
recomienda el baño con agua tibia para humedecer y fortalecer el
cuerpo que se untará después con aceite de almendra y sésamo.
Perfumar las habitaciones con violeta, calabaza, hojas de albahaca,
ámbar y algalia.
Usar
vestidos confeccionados con lino suave.
Como
entretenimientos se pueden escuchar melodías entonadas por voces
enronquecidas, cantos sin ritmo como címbalos y palillos, acordes
melodiosos de arpa y flauta, rumor de árboles y agua corriente.
También es aconsejable contemplar aguas estancadas y emanación de
vapores.
Frecuentar
tertulias con personas amenas escuchando poesías y relatos
emocionantes que distraigan, mientras se toman dulces hechos de
almendras, nueces, piñones, frutos secos y manzanas dulces, evitando
bellotas, castañas, acerolas y frutos ácidos pungentes.”